jueves, 15 de marzo de 2012

La Limpiadora

Un día cualquiera, en una oficina cualquiera, sobre las 4 de la tarde aparece por la puerta una señora de mediana edad, se llama Lola. Entra empujando un carrito de la limpieza. -Buenas Tardes-, dice en voz alta, algunos de los que trabajan la contestan, otros balbucean y hay otros que ni siquiera la dirigen la palabra. Se la ve contenta y con una ligera sonrisa en la cara. Comienza a su trabajo, tarareando una canción, que apenas se logra entender. Pero enseguida, apenas pasados unos minutos de su entrada, comienza a murmurar sobre su trabajo.
Joróbate, que trabajas en esta empresa y no eres de aquí… y te tratan como una esclava, dice. Unos cuantos la miran y no entienden su malestar, otros la tachan de “loca”,  otros sin embargo comentan que siempre esta así.
La mujer prosigue con su trabajo entre balbuceos y tarareos de canciones. Llega a una pequeña salita donde los trabajadores suelen descansar de su trabajo, aunque hoy han estado celebrando que a uno de los compañeros le han hecho fijo con un ágape, y nada mas entrar Lola se queja: - Joder, con las fiestecitas. No somos chachas de la empresa, somos limpiadoras. Mira todo esparcido por la mesa, se piensan que soy su criada con las fiestecitas. Pues alá toó a la basura, me da igual.
En realidad la mujer lleva razón, tiene que recoger lo que otros han ensuciado, algunos no están de acuerdo, -no es la mujer de la limpieza, pues que limpie, que para eso la pagan-, otros sin embargo discrepan de este comentario -pues deberíamos recoger todo lo que podamos y no ensuciar tanto-, es entonces cuando produce un pequeño debate sobre la limpieza, mientras que Lola continua su tarea.
Parece que se ha serenado un poco y a la vez que limpia entabla un ligero dialogo con varias trabajadoras, pero su tranquilidad se ve enturbiada cuando llega a la mesa de Juan: ¡Que tenemos que tragar con todo, es que hay que joderse. Yo soy la limpiadora, le tenía que dejar las migas sin recoger, no soy ni su madre, ni su chacha! Juan, es un trabajador un poco zarrapastroso, trabaja mucho y apenas tiene tiempo para comer, con lo cual come en su puesto de trabajo, de ahí las criticas, obsesionado con los bichos tiene en su mesa un insecticida, Lola al verle murmura: -Mira, el bote de las moscas al sol, haber si explota-. La verdad es que Lola no parece muy contenta con su trabajo ó tal vez sea con los empleados de la oficina. Mira su reloj: -bueno me queda 1 hora para terminar, a ver si pasa pronto-
Ahora le toca el pasillo central de la oficina, que separa el departamento de facturación con el de atención al cliente, y al verle comenta en voz alta: “Para comerse una pasta se han tenido que recorrer toda la empresa, mira todo lleno de migas. Hay que joderse. Me van a dar aquí las uvas, limpiando”, la gente ya ni la mira, otros se ríen y hay otros que echan más leña al fuego: -aquí es que son un poco guarros-.
Lola prosigue su trabajo, quejándose: “Que manía tienen de meter la silla debajo de la mesa, con lo que me cuesta sacarla, que luego me duele la espalda, ala incrusta en la mesa, para que no se la lleve nadie. Y que todo el mundo tiene la papelera sucia, no podían echar la basura en una misma papelera, dice con resignación.
Al llegar a la mesa de Rubén, un señor elegante donde los haya y atento con todo el mundo, este hace el amago de levantarse, a lo cual Lola le responde: -No te levantes, que no hace falta como no te puedo tocar los cables, se queda la mesa sin limpiar-, lo dice porque hace un par de días la llamaron la atención porque al estar los cables por el suelo, sin querer los tocaba cuando limpiaba y se iban las conexiones de los equipos.
Otro personaje con el que Lola discute mucho es Isaac, un señor de unos 45 años que no se levanta de la mesa, porque no le gusta que le limpien sus cosas, pero hoy no tiene mas remedio que levantarse por una indisposición. Lola que está muy atenta a todo lo que pasa a su alrededor al darse cuenta de que Isaac se ha levantado, va directa a su mesa y murmurando dice: -Voy a pasarle la mopa a este, que le van a salir hongos-
Esto es un día cualquiera en la vida de Lola. Y es que Lola es una señora un poco peculiar, se queja de su trabajo pero no se mete con nadie.

5 comentarios:

  1. ¡Esa Lola! Viva el costumbrismo y el realismo social.

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  2. La verdad es que parece un chiste, pero en muchos casos no se valora a las limpiadoras en las empresas y se piensa que son de 2ª categoria

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  3. Soy de las que piensa que tenia que a ver mas hombres en tareas domesticas que mujeres, para que supieran lo que es. !!!Abajo el machismo!!!

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  4. Ole mi primo cómo me escribe. Me encantan tus relatos. Quiero más.

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  5. Pero esta Lola ¿existe de verdad?

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